Podemos encontrar gran variedad de limpiadores para superficies duras, pero para poder realizar la limpieza o el proceso de manera correcta debemos saber que cada limpiador tiene propiedades diferentes y su reacción en cada superficie suele ser diferente, por ello conocer más acerca de los limpiadores nos ayudara a elegir el correcto según la superficie.
Lo que se busca en un limpiador es realizar la limpieza de manera eficiente, no dañar las superficies y dejar un aspecto natural libre de marcas y residuos, debemos saber que los limpiadores se dividen en 3 categorías: alcalinos, ácidos y neutros, conocer de ellos será de gran utilidad para poder decidir el que más se ajuste a la superficie y lograr un resultado óptimo.
Los limpiadores alcalinos reaccionan ante la suciedad ácida y la suspende en la solución, la cual debe ser enjuagada preferentemente con un equipo de inyección succión puede ser una maniqueta para pisos, squeegee o una aspiradora húmedo seco. En este caso será necesario recoger la solución alcalina, enjuagar con un limpiador neutro y volver a extraer.
Con limpiadores alcalinos podemos limpiar cualquier tipo de superficie dura sin correr riesgo de dañarla, haciendo uso de las diluciones recomendadas. Recuerda que entre más alcalino sea el limpiador (pH alto), más fuerte es su poder de limpieza.
Limpiadores Ácidos
En algunos casos después de limpiar con un limpiador alcalino aún quedan manchas en las juntas, esto se debe a que esas manchas son de origen alcalino por lo que se debe utilizar un limpiado ácido para deshacerse de ellas. El ácido también nos ayudará a disolver depósitos de agua dura que se han acumulado con el tiempo, así restaurar la junta al remover una capa muy fina de las juntas. No es recomendable lavar el piso muy seguido con este limpiador ya que con el paso del tiempo se podría debilitar la junta.
Con el limpiador ácido podemos limpiar cerámica, juntas, porcelanato, granito y algunas otras superficies, ya que, si lo utilizamos en superficies que contengan calcio, como el mármol o travertino quemará el brillo inmediatamente. Sin embargo, si la piedra no está pulida se puede utilizar para realizar una limpieza profunda, es importante que el limpiador ácido no esté muy concentrado y no dejarlo por más de 10 minutos.
El limpiador ácido reacciona con la suciedad alcalina y la suspende en la solución. Se debe enjuagar con un equipo de inyección succión, utilizando una maniqueta para pisos, squeegee o una aspiradora húmedo seco. Se recomienda neutralizar con un limpiador alcalino y posteriormente recoger la solución, como último paso puedes utilizar un limpiador neutro y extraer. Recuerda que entre más ácido sea el limpiador (pH alto), más fuerte es su poder de limpieza.
Usando este tipo de limpiador se debe tener cuidado de no salpicar otras superficies, como la piedra natural, acero inoxidable, etc, debido a que el ácido podría quemarlos, en algunos casos es mejor proteger las superficies.
Limpiadores Neutros
Se recomiendan para la limpieza de mantenimiento o de uso diario ya que no dañan los selladores o protectores. Además de ser fácil de enjuagar al ser neutros no dejan residuos por lo que no atraen suciedad. Sin embargo, no tienen el poder de limpieza que un alcalino o un ácido y son seguros de utilizar en cualquier superficie.
Algunos limpiadores neutros incluyen selladores en su formulación, por lo que cada vez que se limpie con estos productos se protegerá la piedra o la junta. Estos son recomendados para enjuagar los limpiadores alcalinos y ácidos, así como para el mantenimiento diario de las superficies.
Cómo pudiste ver los limpiadores pueden eliminar una amplia variedad de suciedad en diferentes superficies, simplemente tenemos que saber cuál es el adecuado y usar los procesos correctos para lograr los resultados esperados.
Redacción TVX México